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NACE EL TIGRE DE MARACAY
Antes del inicio de la temporada 65-66, la Liga Venezolana de Béisbol Profesional decide expandirse de cuatro a seis conjuntos. A los Tiburones de La Guaira, Leones del Caracas, Navegantes del Magallanes e Industriales del Valencia, se unirían los Cardenales de Lara y los Tigres de Aragua, divisa esta última que tendría su sede en el parque "José Pérez Colmenares" de la capital del estado, Maracay, la Ciudad Jardín de Venezuela. Era la concreción de una idea en la cual habían trabajado con ahínco el entonces Gobernador de esa entidad regional, Ildegar Pérez Segnini, los banqueros aragüeños Oscar Arteaga, Homero Díaz Osuna y Alfredo García Guevara, y el locutor Foción Serrano, quienes, incansablemente, se propusieron el objetivo de llevar la pelota rentada a tierras aragüeñas.
Y el 15 de octubre de 1965 saltarían por vez primera al terreno de juego los Tigres de Aragua. Dirigidos por el antiguo shortstop y renombrado estratega venezolano José Antonio Casanova, los bengaleses se enfrentaron a sus vecinos Industriales del Valencia, cayendo derrotados 2-1.
Once reveses más de manera consecutiva antes de conocer la miel del triunfo por primera vez, marcarían el nacimiento de la escuadra, que acompañó al Cardenales en las obscuridades del sótano y quedó eliminada con balance de 18 y 42. Pero como todo no podía ser negativo, una de las vedettes del campeonato vistió el uniforme tigrero: Rico Carty.
Poderoso refuerzo dominicano, Carty encabezó el departamento de jonrones con 13 (con un sorprendente promedio de un cuadrangular cada 9.62 turnos oficiales al bate), además de impulsar 32 carreras en 34 juegos y batear para .392, aunque sin las apariciones legales para optar al título de bateo.
La segunda incursión del elenco maracayero también estaría signada por el fracaso en el terreno de juego, lo cual no era nada extraño en un conjunto que apenas comenzaba a echar las bases de su crecimiento. De nuevo el foso recibiría en su soledad al novel equipo, pero muy pronto llegarían las primeras grandes emociones a nivel colectivo. En el plano individual la estrella resultó el pitcher y jardinero Mel Queen, quien ganó siete partidos y resultó líder en efectividad con 0.76, la segunda más baja en la historia del circuito. Por si fuera poco, Queen aportó 21 rayitas empujadas y promedió .295, en una actuación para nunca olvidar.